jueves, 16 de marzo de 2017

La soledad de la puta

La soledad de la puta


Sonia Sánchez y María Galindo. Ninguna Mujer Nace para Puta. Capítulo 1. Cooperativa de Trabajo Lavaca Ltd. Buenos Aires. Mayo 2007

María- ¿Por qué hablas de la soledad de la puta?
Sonia- Hablo de la soledad de la puta porque este tema no se ha tocado. Nunca se menciona la soledad de la puta. Es una soledad que viene de la forma, que dice cómo es el entorno de la puta. No es una soledad buscada, es la soledad construida desde fuera, es un sentimiento de soledad en el medio de tus relaciones.
María- ¿Por qué es importante hablar de la soledad de la puta? ¿Acaso no es la misma soledad a la que estamos condenadas todas, de alguna manera, por nuestra condición humana?
Sonia- Sí, pero creo que esta soledad es más profunda. No pretendo medir el sentimiento de mayor sufrimiento de una respecto de las otras. No es eso, pero es importante entender que la soledad de la puta es la condición para favorecer tu explotación porque es una soledad que te aísla y que hace de tu entorno un pozo que te provoca soledad. Nunca estás con otra, con otro. Es una soledad maquillada desde la puta y desde el entorno. Ese maquillaje es la mentira.
Es importante hablar de la soledad de la puta porque ella no se piensa sola, no piensa que está sola.
María- Esta soledad que describes también la veo en el ama de casa. Ella está aislada y el mundo que la rodea es el mundo al cual ella se debe. Pero ese mundo no la acompaña en su vida, ni en sus sentimientos, ni en sus pensamientos. El marido tiene a los amigos y el trabajo, los hijos, sus relaciones, mientras que ella no construye un mundo propio. Está ahí adentro sola y de alguna manera aislada y para soportarlo tiene que mentirse. Para eso tiene un montón de soportes, desde la telenovela, la radio, la iglesia y la idea general de que dentro de la casa y el hogar está a salvo y que esa labor le debe dar sentido a su vida. Quizás ahí la situación de la puta es distinta porque para mentirse operan en ella otros elementos y todo lo descalifica y lo condena.
Quizás sería muy interesante entender quién es la puta en tus palabras antes que hablar de la soledad de la puta.
Sonia- La puta es una mujer.
La puta no nace puta. Antes de ser puta fue hija, hermana, madre, esposa, lo que quieras. Su condición de puta la despoja no sólo de su nombre, sino también de su entorno. Muchas compañeras quedan pegadas a su entorno familiar, pero de manera muy muy frágil y sobre todo son vínculos que subsisten cuando ellas son las proveedoras.
La puta es la mujer que está a disposición de recibir las condenas de todos los ángulos y personajes de la sociedad.
Es la persona que no tiene decisión sobre su cuerpo.
La puta es una mujer máquina de hacer dinero.
La puta. Además, ya frente a sí misma es una mentira. Lleva otro nombre, maquilla su actividad poniéndole todo tipo de sobrenombres.
La puta está enajenada de su propio cuerpo que es usado cotidianamente en un escenario de tortura.
Cuando la puta está para en una esquina no es cualquier soledad.
La soledad en la esquina no es cualquier soledad.
La soledad en la esquina no es la misma que la soledad en la cocina.
La esquina es el sitio de mayor expulsión que pueda haber para la puta. La esquina de la puta no es la esquina de la vendedora ambulante.
La soledad en la esquina es de exposición y vulnerabilidad completa e ilimitada.
Allí ella no se apropia de la ciudad, ni tiene un espacio que la contenga. Allí ella se expone en una lucha por sobrevivir, donde además se juega la vida.
Estar parada en una esquina es parte de un proceso de anulación porque para resistirlo vas adormeciéndote poco a poco.
En esa equina y a partir de esa soledad se construye una realidad paralela, donde el Estado tiene derecho a criminalizarte, el prostituyente a expropiar tu cuerpo, la sociedad a vomitar en vos todas sus broncas.
Por todas estas razones esta soledad le da forma a la prostitución. Por eso comprender la soledad de la puta es tocar con las manos el fondo mismo de ese vacío que dentro de ella se produce.
Ella no espera sino soledad.
Está naturalizada en su cotidianidad, porque todo es soledad.





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