La Trata de personas es un delito trasnacional que se ha
naturalizado y afecta en especial a mujeres que viven en pobreza, por lo que es
necesario un sistema de rescate con justicia, afirmó el fiscal general de la
Procuraduría de Trata y Explotación de Personas de Argentina, Marcelo Luis Colombo.
Al dictar una conferencia magistral en la clausura del
diplomado Trata de Personas: Políticas Públicas y Derechos Humanos, destacó que
el Protocolo de Palermo representa la inauguración de un nuevo marco punitivo,
donde se da la cooperación internacional de los países firmantes para brindar
protección especial a las víctimas.
Sin embargo, y pese a lo anterior, agregó el especialista en
derecho penal, aún falta que las naciones trabajen en un sistema de justicia
acorde al problema, pues la complicidad de los funcionarios públicos y la
corrupción han afectado el combate de este delito.
En la sala "Digna Ochoa", de la Comisión de
Derechos Humanos del Distrito Federal (CDHDF), el funcionario argentino resaltó
que 99 por ciento de la explotación sexual es hacia mujeres al servicio de los
varones.
Esto porque "el prostíbulo en sus diferentes caras es
el lugar fértil para dicha explotación, donde las lógicas y reglas no escritas
impiden hablar de autonomía de decisión y elección de las mujeres", expuso
en un comunicado.
Sobre este último tema, el experto recordó que existen
estudios sobre las secuelas que deja el sistema prostibulario en las mujeres:
violencia, consumo de drogas y alcohol, muertes prematuras y estrés
postraumático.
Al referirse a los desafíos que impone la trata de personas
-a la que definió como una forma moderna de esclavitud-, llamó a contar con un
sistema de rescate con justicia, donde intervengan psicólogos para las
víctimas; a construir masculinidades nuevas, y a fortalecer la educación y la
cultura.
Además, indicó, en el sistema de justicia debe haber
voluntad política, porque "el delito de trata no sólo es crimen
organizado, sino afectación a los derechos humanos".
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